A mediados del siglo pasado el científico Jonas Salk estaba inmerso en una investigación para encontrar la vacuna de la polio. Atascado durante este proceso decidió abandar por un tiempo su estudio de Pittsburg ( EEUU), y pasar una temporada en Italia. Mientras se encontraba alojado en la basílica de San Francisco de Asis, en Umbria, su mente volvió a retomar la investigación y acabó encontrando la solución para lograr la vacuna.
Salk estaba convencido de que el estado de quietud y calma que le transmitió la Basílica, fueron claves para su inspiración.
Nuestro entorno influye en cómo descansamos, producimos y nos sentimos.
La neuroarquitectura va un paso más allá y emplea la ciencia y el avance tecnológico para lograr emociones y sensaciones en nuestros espacios.
Hoy proponemos una zona de entrada, pues es nuestra primera sensación de una casa.
El aparador Flò, un diseño de Duccio Grassi para Emmebi design, cuenta con un vaso de cristal fumé extraíble, que permite que la naturaleza esté presente.
La lampara es el modelo en metal lacado, Amedeo, un diseño de Franco Zavarise para Zavaluce.
Las sillas, un clásico del diseño y la propuesta cromática en blanco y negro; conforman una estética...
atemporal.
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