La tierra, el campo, quizás tu lugar de origen, aquel en el que mirando en el horizonte, descansa la vista, sólo la naturaleza, rodeándote, en su inmensidad, en su grandeza.
Pueden ser montañas cubiertas de viñedos, ó prados verdes, entre llanura y suaves pendientes, ó montes cubiertos de árboles y arbustos, tupidos de matorral.
Observar los pájaros, sentir el olor de las plantas ó los colores del cielo, tan particulares y cambiantes.
El campo, el contacto con la naturaleza, es una de las cosas que nos acerca a nuestra esencia y nos equilibra en esa búsqueda del bienestar.
En los pueblos queda poca gente y la población en Europa, está envejecida.
Ir a un pueblo es encontrar un lugar medio vacío.
Hoy queremos ensalzar no sólo el paisaje sino toda una sabiduría de aquel que conoce el campo, el tiempo que va a hacer según sopla el viento ó el color del horizonte, que distingue las plantas, que conoce a los animales y que en definitiva maneja el medio en el que habita, una sabiduría que da entre otras cosas la experiencia y que cada vez es más difícil de encontrar.
Canción Qué Será de José Feliciano
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