Proyectarse en el futuro, es una constante en la historia de la humanidad.
Durante el siglo XX las novelas de Julio Verne, hablaban de avances científicos y tecnológicos, de inventos que posteriormente llegarían a nuestros días.
Considerado un padre de la ciencia ficción, Verne nos llevó a la Luna, al centro de la Tierra, algo que nos recordó el reciente volcán, y en su mítico Miguel Strogoff, ese maravilloso libro de la adolescencia, narraba cómo el joven siberiano, oficial de correos del Zar, tiene que cruzar Siberia en plena invasión tártara de Rusia, para advertir sobre dicha invasión, empleando para ello todos los medios disponibles y tratando de ocultar su identidad.
El año 2000, cambio de siglo y de milenio, era un punto de inflexión importante, que hasta rockanroleaba Miguel Ríos.
El concepto de progreso, atesoraba las ilusiones que reservaba el devenir y era tan importante que hasta los siglos XVIII y parte del XIX los pensadores escribían la palabra progreso, respetuosamente con mayúscula.
Entendían que el Progreso permitía la evolución de avances científicos y tecnológicos que mejorarían la calidad de vida del hombre en el futuro, que favorecerían el bien común.
En cuanto a la perspectiva personal, la pandemia tuvo la virtud de invitar a cada uno de nosotros a proyectarse mentalmente más allá del presente y a arrojar una mirada inquieta sobre nuestro propio futuro.
En ese futuro personal y social, queremos enfocarnos hoy, recordando a los clásicos, a los humanistas, para los que la urgencia no devería priorizarse sobre el porvenir.
Hoy proponemos un diseño creado para durar en el tiempo, para permanecer, que incorpora innovación en el revestimiento ( para outdoor), es totalmente desenfundable y flexible en cuanto a su diseño, pues gracias a su amplio programa permite múltiples opciones de dimensión y forma.
MARENCO outdoor, system sofa design by Mario Marenco for Arflex collection.
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