Los detalles son siempre lo más importante; hasta el último acabado, todos los colores, tejidos y materiales deben ser perfectos y funcionar juntos hasta que llegue la satisfacción y se respire una atmósfera única.
Siempre me ha llamado la atención la identidad personal de cada una de las piezas que descubro, no tienen por qué ser objetos extrahordinarios pero sí tener algo que los hace especiales.
La geometría definida y la investigación rigurosa, combinada con un juego sutil sobre el impacto de las formas tradicionales permiten que los objetos sean capaces de transmitir mensajes nuevos y significados diferentes.
Se trata del discurso de una genial diseñadora, con la que
de la poesia de la forma, pasamos a la función;la italiana Cristina Celestino.
Aquí con sus creaciones, lámparas Lilly y Opio, para la colección de iluminación milanesa Kundalini, www.kundalini.it
Su discurso tiene un gran paralelismo con la vida, en especial con la situación actual, cuidar los detalles, disfrutarlos en el día a día, un café por la mañana, una charla entre amigos...; volver a los valores esenciales, a la personalidad y particular identidad de lo que nos rodea, son hoy más que nunca, buenas herramientas de nuestro bienestar.
Qué nunca falte la poesia.
Buen día para todos.